viernes, 31 de diciembre de 2010

2010: Top 25

Un año extraordinario musicalmente hablando. Ha sido difícil separar 25 discos de un montón de discos de excelente calidad. Y entre los que más destacaron, el orden tampoco ha sido nada sencillo. Creo que hace muchos años que no tenía un top 5 donde cualquiera de los discos pudo ser el primero.

Los dejo entonces con la lista. Feliz año nuevo para todos.


25. MGMT - Congratulations
La psicodelia viene pisando fuerte desde hace unos años, pero este disco sale completamente del molde. No solo es una reinvención hacia dentro (MGMT rompió con este disco muchísimas fórmulas de su debut), sino también hacia el género, como si los 60 asolaran de nuevo pero esta vez con más instrumentos, más energía y mucha más locura.


24. Blonde Redhead - Penny Sparkle

¿Quién dijo que diferente es igual a malo? Blonde Redhead le da una patada al tablero de lo anterior y toda esa violencia inusitada se traduce de pronto en un disco estéticamente impecable, donde las atmósferas se cargan de angustia y lo onírico transita entre lo electrónico y lo orgánico. Como esos momentos en los que descubres que algo es un sueño y no quieres despertar por nada del mundo.


23. Sufjan Stevens - The Age of Adz

El regreso de Sufjan Stevens con un disco de estudio completo era algo esperado por todos. Su nueva orientación no. Harto de las influencias clásicas del folk, este redescubrimiento deja a la luz nuevas inquietudes musicales y caminos que el compositor resuelve echando mano a un talento indiscutible. Un disco que, a falta de solidez, compensa su desvarío con auténticas muestras de genialidad.


22. Wild Nothing - Gemini

Un disco ligero y lineal, un regreso a cosas que uno sospechaba perdidas. No importa demasiado la influencia clara de un rock que creimos muerto, no importa la extrañísima fusión de lo oscuro con el dream pop. Importa solamente el sonido purísimo que este disco tiene para nosotros si nos aplicamos a él, importa esa extraña sensación de estarnos viendo a nosotros mismos en momentos que no se repetirán más y que, sin embargo, están lejos de haberse perdido.


21. Swans - My Father Will Guide Me Up a Rope to the Sky

Un regreso sonadísimo, un disco que cobra verdadero valor si se le da la oportunidad. Denso, introspectivo, terriblemente oscuro, este nuevo viaje de Swans es la ruptura con el espacio y el mundo conocido, un lugar lóbrego donde todo flota, se condensa, se pierde, es y no es al mismo tiempo. Sin duda alguna, para esos momentos en que flotamos a la deriva, esperando la cuerda que alguien nos tienda para hacernos asomar a la superficie de nuevo.


20. Tame Impala - Innerspeaker

Ahhh, Australia y sus aportes al mundo musical siempre traen la brisa refrescante del sonido nuevo. Tame Impala trae este ejercicio psicodélico con un pop sumamente placentero, pero que no pierde su sentido en ningún momento. Me gusta cuando una banda elige no tomar el camino fácil sin importar qué. Histérico y eufórico, groovy y drogadamente feliz, sin duda alguna este es un disco en el que los sentimientos afloran a la piel como las notas al aire.


19. Antony and the Johnsons - Swanlights

Que este señor compositor sea odiado o amado no es en absoluto raro. Su voz es extrañísima, la clase de sonido que puedes llegar a odiar si no encuentra su lugar en tus oídos. Por alguna razón este disco no ha recibido mucha atención, a diferencia de sus dos últimos trabajos. Quizás por el poco tiempo transcurrido desde el The Crying Light. Sea como sea, este disco me parece un punto clave, una especie de logro de todo lo fabricado anteriormente. Y además "Flétta" es como para llorar de la emoción.


18. The Depreciation Guild - Spirit Youth

Un disco sacado de la sensibilidad y la construcción moderna. Un híbrido raro, donde los sonidos llevan una armonía extrañísima, casi indescifrable. Un disco frío y a la vez termendamente íntimo, hermoso de la forma en que se aprende a tolerar una belleza a la que no estamos acostumbrados.


17. Wovenhand - The Threshingfloor

Un disco rarísimo. De esos que nunca terminas de saber qué son exactamente. Pero me gusta. Posee la cualidad rarísima de los ingredientes mezclados que se aprecian pero han perdido totalmente su personalidad, hasta cobrar una nueva forma en la simbiosis: post-punk, folk, nep-psichedelia, gothic... Un sonido pagano, desafiante, sombrío y taciturno. Como el soundtrack para la vida de un villano.


16. Women - Public Strain

Cuando una banda logra por fin consolidar las expectativas de su primer disco en un álbum a todas luces genial, cuando su sonido es raro y su género no tiene demasiadas bandas que lo cultiven tan bien, cuando logras más de 40 minutos de ruido que suena como la gloria, es un pecado horrible pelearte con los miembros de la banda en pleno escenario y terminar desintegrándola por culpa de unos cuantos puñetazos. Aunque debe haber sido divertido estar ahí.


15. Wavves - King of the Beach

¿Por qué no se escuchará más surf rock en mi ciudad? Si hay estas burlas absolutas del verano y sus múltiples y alienantes formas sociales, ¡por qué no hacer a un lado el reggae aburrido y darle paso a discos como este? En fin, el primero de una serie de discos que se orientan en este estilo garage-revival-noise-surf-rock. Dicho sea de paso, ese título tan burlesco deberían dárselo a algún gilero de yapla barato al final del verano.


14. A Sunny Day in Glasgow - Autumn, Again

Qué estética es esta banda. Qué sonido tan apacible, hermoso, enérgico y a la vez frágil. Suena como si todo brillara o todo estuviera a punto de cobrar la forma exacta de la luz. Es excitante y a la vez romántico. Me sorprende mucho el cambio a un disco con pocas canciones (considerablemente más largas que las anteriores), pero me encanta que mantengan ese sonido hipnotizante de su primer álbum. Como para las noches de perfecta soledad.


13. Broken Social Scene - Forgiveness Rock Record

Son 17 personas tocando al mismo tiempo. Tienes que esperar algo parecido a esto, un disco en el que siempre está pasando algo. Se parece más a una sinfónica de rock que a una banda, para ser honestos. Quizás no llega al nivel del You Forgot It in People, pero se trata de un disco meticuloso, cuidado y lleno de canciones brillantes, algunas de las cuales fácilmente podrían haber entrado en el otro disco sin quitar ni un ápice de calidad. Complejo y lleno de una intención artística latente, es un disco en el cual, sin duda alguna, hay poco que perdonar y mucho para deleitarse.


12. Surfer Blood - Astro Coast

Mmm. Sangre de surfista... Bueno, que maten los que quieran mientras sigan sacando discos así. Divertido de principio a fin, lleno de energía, expresivo hasta más no poder. Es la clase de disco que tiene que acompañarme en el auto mientras paseo el circuito de playas, maldigo el calor, pienso en alquilar una casa para pasar un fin de semana frente al mar, o sueño con todo eso desde mi oficina. No importa mucho. Los discos así te hacen querer pararte y correr a donde sea, llamar a alguien, salir de casa de una vez por todas, o animarte a eso que jamás hiciste. De más decir que la música así es bienvenida siempre.


11. The Besnard Lakes - The Besnard Lakes are the Roaring Night

Un disco poco observado que sin embargo merece su lugar de excepción. El shoegaze es un género del que han derivado muchos sonidos nuevos, pero en su forma más auténtica se parece mucho a esto: vocales fusionadas con las cortinas de ruido, una extraña sensación de estar rodeado, digo, auténticamente rodeado, casi hasta el punto de la claustrofobia, de sonidos etéreos que no tienen un lugar concreto de origen. En este disco todo parece ser el fin del mundo. Como si todo estuviera permanentemente cayendo, en descontrol total. Y uno se sienta a verlo, ya resignado un poco, pero dispuesto a admirar la belleza de la llama, aun cuando el fuego nos termine consumiendo.


10. Dum Dum Girls - I Will Be

Todo es cuestión de actitud. Bien por esta banda que se arma de eso y lo complementa con sus guitarras disonantes, su energía de garage y una tremenda capacidad de tirar sonidos al aire como si fueran poca cosa (claro que en realidad estamos frente a algo brillante). ¿Qué? ¿Solo 29 minutos de disco? Lo bueno dura poco. Y es de esos que tranquilamente puedes repetir todo el día sin hartarte. Los momentos, los verdaderos momentos de felicidad, se parecen mucho a este disco, una especie de desenfado total con el mundo, no mediante la violencia, sino mediante el descaro, haberle perdido el respeto a las cosas que nos asustan y poder por ello disfrutarlas como si se tratara de un sueño en que nos sabemos invulnerables.


9. Jónsi - Go

La primera vez que lo oí supe que iba a terminar en mi top 25, pero honestamente pensé que iba a estar mucho más lejos del top 10. Y sin embargo, poco a poco esos extraños falsetos del vocalista de Sigur Rós van abriéndose paso en la mente, guardan relación con diferentes etapas del año, me llevan a imaginarme en el lugar de descanso perfecto. Un disco con absoluto valor personal para quien puede dárselo, Go no es una indicación, sino un atisbo de esperanza: la capacidad de saber que podemos ir a donde queramos, que el universo es ancho e infinito para quienes requieren de un instante de huida antes de volver a la lucha. El pop irrumpe entonces en los sonidos ambient para hacernos recordar que estamos vivos, que la vida no es solamente un sueño, sino también nuestra propia capacidad de admirar la belleza, todo al fin, conmovernos como solo podemos hacer frente a algunas cosas. Y este disco, al menos para mí, es una de ellas.


8. Angus & Julia Stone - Down the Way

Esta pareja de hermanos vuelve con una entrega muy madura en Down the Way. Sin perder una gota de originalidad, estamos ante una muestra magistral de un género donde es demasiado sencillo perderse en las fórmulas. Y sin embargo, ya sea en los temas románticos e idealistas o en la sencillez con que se aborda la visión de un mundo infantil, la música de los hermanos Stone siempre tiene una cuota de dramatismo, autenticidad y complicidad que nos hacen sentir que andamos hacia algún lugar seguro. Un disco definitivamente para el tránsito, no para la meta ni para el adiós antes del viaje, sino para toda esa etapa larga y transitoria de la travesía, antes de que nos enteremos de si el punto de llegada valdrá la pena tanto como el viaje o si Ítaca nos regaló solamente la oportunidad de un recorrido inolvidable.


7. Best Coast - Crazy for You

No importa qué digas sino cómo. No importa si "estoy loco por ti" se ha usado millones de veces, cuando se dice de la forma correcta, en el momento correcto, a la persona correcta, cobra un valor propio y nuevo, como un redescubrimiento. Así es este disco, un redescubrimiento de cosas que se han hecho antes, pero no de esta manera. Todo lo que emerge de esta banda suena como un momento mágico, como una verdad innegable, como la emoción pura de decir algo desde el corazón. Y para colmo, decirlo como nadie.


6. Beach House - Teen Dream

Cuando el dream pop sirve para refugiarnos en ambientes como este, me pregunto siempre si se trata de un refugio o un escondite. Si es lo primero, volveremos a él siempre, pero si es lo segundo, tarde o temprano seremos descubiertos. En este caso, Beach House apuesta por algo radicalmente distinto: construir en el sueño, enseñarnos a nunca despertar de él. Tienen más que suficiente para que la canción siga viviendo en la mente y en el alma, pero además nos dejan con una idea muy propia de lo que debería ser la realidad, con o sin sueños de por medio. Me gusta perderme entre las canciones de este disco como si se tratara de una casa construida solo para mí, como si fuera un espacio construido por mi propia mente. Como todo sueño adolescente, algunas cosas se nos vuelven parte del cuerpo, como una promesa ilusa de eternidad.


5. Vampire Weekend - Contra

Ohhh sí. En el conteo final de los 5 primeros empezamos con este disco fantástico que ha sonado una y otra vez a lo largo del año. Contra es el esperadísimo segundo álbum de una banda que hizo temblar los cimientos de la música indie hace solo dos años. Y este regreso ha sido determinante: no estamos ante un accidente o ante el azar presuroso de un grupo de chicos que tenían solo buenas ideas. Estamos ante una banda de verdad, consciente de su capacidad, poseedores de un sentido artístico propio y un sonido difícil de catalogar, pero tremendamente satisfactorio. Y es sencillamente genial cuando la música supera la teoría.


4. Deerhunter - Halcyon Digest
Mis respetos a esta banda absolutamente brillante. Quizás sea una de las mejores bandas de la actualidad. No, quizás no, después de este disco creo que podemos sin temor afirmar que se trata de una de las bandas más talentosas que tenemos por ahí. Son rarísimos, freaks como el demonio y tienen una actitud que puede sorprender en más de un sentido. Pero cuando tocan, hay una magia especial, esa esencia que las bandas no pueden fabricar y las discográficas no saben cómo colocar en sus estrellas vendedoras. La autenticidad no necesariamente es un talento, pero sin duda alguna, cuando viene cargada de tantas emociones como en este caso (ansiedad, vulnerabilidad, nostalgia), se trata de una contemplación que no podemos ignorar. Y es que aquí hay un continuo regreso hacia lo mejor de nuestras vidas, que bien podría ser lo que no vimivmos nunca.


3. Arcade Fire - The Suburbs

Qué miedo da cuando Arcade Fire está a puertas de un lanzamiento. Como si no supiéramos ya que se trata de una banda magnífica. The Suburbs es excelente de principio a fin. He oído de gente que empieza a considerarlo superior al Funeral, y aunque no puedo sumarme a la idea, sí puedo entender por qué. La ciudad nos canta desde dentro, con voces que lo mismo hablan sobre el día a día que sobre la sensación de asfixia o la necesidad de libertad. No se trata de una crítica al suburbio, mucho menos una apología. Sencillamente es la voz emergente de la vida hoy por hoy, una especie de liberación colectiva de la cual emergen miles de pequeños destellos de esperanza, miedo, odio, violencia o deseo. Y es como escuchar los 80 a inicios de la década del 10, y es como si Arcade Fire hubiera dejado de controlarse y se hubiera entregado a un sonido que les puede ser mucho más natural, libre y directo para explicarnos de otro tipo de muertes.


2. Joanna Newsom - Have One on Me

Tres discos de Joanna Newsom en uno ya son demasiado bueno para creérselo. Lleno de temas sencillamente impresionantes, no creo que haya que hacer demasiado esfuerzo para entender que estamos ante la compositora suprema del folk contemporáneo. Ya sea mediante el arpa que la acompaña siempre o los fondos orquestales que la acompañan, cada una de estas historias se retuerce sobre sí misma como una serpiente que se muerde la cola y a la vez inflinge un golpe certero en la emoción. Estamos esta vez un poco más lejos de los paisajes fantásticos de Ys, pero eso no quiere decir que la magia se haya extinguido ni mucho menos. Muscialmente hablando, cada canción de Joana Newsom es como pararse ante la verdadera creación del mundo.


1. The National - High Violet

Creo que este es el disco más consistente de este año. Desde luego, si solo fuera por eso, difícilmente me parecería el mejor. Pero sería muy injusto compararlo en otros términos con discos tan geniales como el Have One on Me, el Halcyon Digest o el The Suburbs y afirmar rotundamente que tenemos un ganador claro. En un examen meticuloso, el High Violet perdería, por ejemplo, si buscáramos desmenuzarlo. Una sola canción no representa el disco, y difícilmente podríamos encontrar una superior al resto, creo que hace mucho no me pasaba que todas las canciones de un disco me gustaran en su momento más que las otras por determinadas circunstancias o por un análisis posterior. Más bien veo este álbum como un todo, como la summa de toda la experiencia ganada y todo el talento musical de una banda que hace mucho viene acostumbrándonos a oír nada más que buenas cosas. Es un disco íntimo y materialmente concreto, sobre problemas de todos los días, fantasías de personas aburridas, sueños de proletario, miedos de oficinista. Y sin embargo es también un paisaje hermoso, uno de esos pequeños agujeros de cerradura a través de los cuales uno vigila el mundo cotidiano y lo encuentra maravilloso y edificante. Este año he oído muchas versiones de estas canciones, lo que me dice también que se trata de una banda que reconoce y reconstruye su trabajo de manera permanente, y eso nos lleva también a nosotros a redescubrirlo junto a ellos (como en el caso de la nueva versión de "Terrible Love" o la sesión que grabaron en vivo para el Itunes Festival en Londres). Y es que no es tan fácil bajar los pies a la tierra y mantener la cabeza en las nubes, no es nada, nada fácil hacer música sobre lo que hay aquí y aspirar a que otros vuelen muy lejos con ella.


Una playlist para despedir el 2010

domingo, 26 de diciembre de 2010

Girls - Album (2009)

¿Ver la parte positiva? ¿Aprovechar las oportunidades? Bueno, sí. Es la forma "correcta". Pero, una vez más, eso me recuerda ese temible "hacer las cosas bien". Siempre he creído que hay personas para las cuales la dimensión de lo "bueno" se invierte, como si una especie de nuevo paradigma ocupara el espacio de lo que antes creíamos sencillo y evidente.

El vocalista de Girls, Christopher Owens, es un señor con una historia no muy usual. Su madre pertenecía al culto "Children of God", una agrupación que promueve el amor libre y, entre otras cosas, incentiva a las mujeres que pertenecen a él a prostituirse como forma de reclutar nuevos adeptos. Owens creció en ese ambiente extraño, sin un hogar fijo, mudándose siempre, obligado a ver cómo su madre pasaba por un sinnúmero de hombres y, en fin, con un estilo de vida errante, casi diríase arcaico. Pero en algún momento, cuando tenía 16 años, se hartó de todo, abandonó su "hogar" y se dedicó a vivir en las calles, de donde fue rescatado por un multimillonario que pasó a ser su mecenas.

Esta historia que, en cualquier otra circunstancia pasaría a ser algo así como una telenovela inverosímil, es en realidad la piedra angular sobre la cual se erige el maravilloso mundo musical de Girls. Y es que para esta banda hay algo clarísimo: no podemos dar nada por sentado. Los temas que se tratan en las canciones de Album son más bien sencillos, y no son abordados desde una perspectiva particularmente introspectiva o analítica. Es la simple observación de las cosas que conocemos y vemos todos los días. Pero desde luego, vistas desde los ojos de un personaje como Owens, cobran una belleza inusitada: ¿qué si uno no está acostumbrado a las pequeñas felicidades cotidianas? ¿Qué si nadie antes nos dijo eso de ver la parte positiva? ¿Qué si nunca tuvimos oportunidades para aprovechar?

El sonido de este disco es exactamente lo que me hace falta cuando necesito un refugio: la posibilidad de saber que, en un mundo que se invierte, la incomprensión no es otra cosa que nuestra propia identidad. Para algunas personas es difícil, muy difícil, llegar a ver desde el dolor, la ausencia, el vacío terrible de estar resignados a cualquier cosa que no se parezca a la vida que cualquiera desearía. Y no solo por las cosas que nos pasan, sino por cómo se construye ese plano en nuestra mente.

Para algunas personas es tan difícil la inserción en el mundo "normal" como lo es para otros desviar la vista de él. En algunos casos, ese encuentro diacrónico se convierte en una verdadera maravilla, como en el caso de Girls. En otros, solo en un dolor profundo, de esos que nos llevan a apagar la luz, concentrarnos en los acordes melancólicos de la música, qué sé yo, pensar en por qué diablos es tan difícil explicar algunas cosas en palabras fáciles.

Beach House - Teen Dream (2010)

Hoy ha sido un día raro. Uno de esos días en los que no puedes despertarte del todo. Los feriados son buenos para dormir, pero cuando estás perseguido por las pesadillas y los sueños son demasiado vívidos, no sabes bien qué pensar.

Bien, los sueños deberían ser sueños. Y eso es lo que propone Beach House, en cierta forma. El Dream Pop es un género simpatiquísimo, porque permite rozar ese manto onírico que rodea el subconsciente, pero sin profundizar genuinamente en él, como lo haría, digamos, el Shoegaze. No hay lugar para pesadillas en eso, se trata solamente de un sueño volátil, etéreo, donde todo parece desvanecerse completamente. En ese sentido, este dúo fantástico realiza un trabajo impecable. Hay una clara diferencia entre lo que pertenece al imaginario (toda la gama musical del disco) y lo real (los músicos detrás de la obra), y es una línea invisible que está colocada en el lugar justo.

Sin duda alguna, este disco merece toda la atención que le ha generado a la banda. Creo que aun los temas más endebles causan satisfacción, una especie de correcta sensación de desahogo. Ya desde el inicio sentimos esa permanente dialéctica música-ejecutor, en la cual ambos pelean cuerpo a cuerpo, pero no tanto por prevalecer, sino por mantener el punto de tensión exacto que desencadena el equilibrio. Y es ahí donde radica la fortaleza de Beach House. Si la tensión generara angustia, terror, ansiedad, estaríamos ante una pesadilla. Pero todo se resuelve de manera sensible, tenue, casi desintensionada. Y sin embargo, en ningún momento esa tensión deja de estar ahí, de reclamar fortaleza, de mecerse con las melodías de la guitarra, los cambios sutilísimos en la percusión, la voz cuasi-andrógina de Victoria Legrand, que lo mismo genera sensaciones de energía que de desfallecimiento.

El problema es que los sueños, al final, tienen siempre la mala costumbre de perpetuarse en el despertar. Como que uno no se los sabe sacudir de encima bien, algunas escenas están demasiado arraigadas en uno, y no basta con darle stop a la música y descubrir que hemos vuelto al lugar de siempre. ¿Significan algo las pesadillas? ¿O acaso puede uno, como el sueño adolescente de Beach House, construirse un refugio alrededor de los sueños que quisiera vivir? Quizás sí, pero algunas veces la sola amenaza de la pesadilla más temida es suficiente para hacernos entender que la vida es muchas cosas, pero definitivamente nunca es solo sueño.

jueves, 23 de diciembre de 2010

Merry Fuckin' Christmas, You Sodding Santa Lovers

No me gusta la navidad. Todo el mundo parece estar de mal humor. Así que hice este compi, porque la música siempre tiene la capacidad para rescatarlo todo. Hasta la navidad. Y como pensé que quizás alguno querría ponerlo en vez de esos odiosos villancicos cantados por coros de niños, pues aquí lo comparto:

1. Vince Guaraldi - O Tannenbaum
2. Sumo - Noche de paz
3. Darker My Love - Snow Is Falling
4. Bright Eyes - Little Drummer Boy
5. Pretenders - 2000 Miles
6. Jenny O. - Get Down for the Holydays
7. The Flaming Lips - Christmas at the Zoo
8. Bishop Allen - You'll Never Find My Christmas
9. Cocteau Twins - Frosty the Snowman
10. Guster - Tiny Tree Christmas
11. Mew - She Came Home for Christmas
12. Crystal Antlers - 10,000 Watts
13. Beat Happening - Christmas
14. Natalie Hemby - Perfect Gift
15. Get Well Soon - Christmas in Adventure Parks
16. Best Coast & Wavves - Got Something for You
17. My Morning Jacket - Xmas Curtain
18. Coconut Records - It's Christmas
19. Beach House - I Do Not Care for the Winter Sun
20. Sufjan Stevens - Amazing Grace
21. Blazer Force - Electronic Santa

Lo pueden descargar aquí.

Felices fiestas.

viernes, 10 de diciembre de 2010

The xx - xx (2009)

Un día a la vez. Alguien me dijo eso hace tiempo. Era una época en la que me habían dado una mala noticia y la frase venía a colación acerca de cómo enfrentar la vida a partir de ahí. Soy malo haciéndolo, dicho sea de paso. Siempre estoy un paso adelante o uno detrás. Por eso es que esta noche no hago otra cosa que extrañar. La rutina es algo así como la perfecta antítesis de la creatividad, pero yo la añoro. Me gustan las conversaciones nocturnas que se repiten y se repiten. Me gusta el beso de despedida, me gusta repetir restaurantes con la misma compañía. Me gusta tomar vino en casa más veces en el mes que en bares. Y todo eso me lleva a querer que sea mañana, encontrarme cara a cara con todo lo que me estoy perdiendo en estas horas de insomnio y reseñas musicales.

The xx es un grupo de chicos que, por alguna razón, parece caracterizarse por 3 hechos puntuales: escribir mucho sobre sexo, no tener un baterista en la banda y hacer música de la puta madre. Este es, sin duda, uno de mis discos favoritos del año pasado, y al que he echado mano ahora que me toca extrañar. Todo en xx es sensual, fugaz, casi superficial. Pero no, superficial no, porque las canciones exceden el olvido de manera magistral. Como esos instantes antes del contacto, cuando hay un roce desintencionado o un dedo que se resbala sobre el brazo, esos recuerdos que quedan grabados a fuego, mientras que lo más intenso, todo lo que viene después, se consume como una sola llamarada.

En esta noche pienso en haber quemado un libro y haberlo disfrutado mucho (no teman, era un libro malo de un poeta de mierda). Pienso también en que esto de extrañar se me hace raro. Demasiado actual, demasiado del presente, y descubro que, desde luego, hay algo de salvación en ello. Y así es este grupo, así este disco. Un sonido absoluta y brutalmente actual, contemporáneo, de un momento que borra sus influencias, despista sus raíces, se libera de las ataduras del pasado.

¿Soy capaz de permanecer en ese estado de perfecta ubicuidad? ¿Puede uno dejar de lado lo que ya ardió o lo que arderá? Cuando escucho este disco siento que es posible, que basta con dejar que las voces susurrantes de The xx se pierdan con la voz que quisiera haber oído en una llamada que hoy no pudo ser. Y que entonces es.