lunes, 31 de enero de 2011

The Decemberists - The King Is Dead (2011)

The Decemberists es uno de los grupos con más personalidad que hay por ahí. Tienen esta identidad muy marcada, con características innegablemente propias. Y lo más interesante, una ambición creciente que ha ido marcando su discografía. Desde Picaresque podíamos ya oler los primeros indicios de un álbum conceptual. La cosa se puso más seria con The Crane Wife y tuvo su punto culminante en 2009 con The Hazards of Love, una ópera de rock que narraba una historia bastante folky en 17 canciones. La razón por la cual conviene hacer esta revisión en retrospectiva, es porque durante los últimos años la banda parecía estar apuntando a eso, a un disco conceptual en el cual pudieran poner toda su cuota de talento, sus letras cuasi-eruditas, sus melodías rurales y su extraño coqueteo con el prog. y géneros que nada tenían que ver con ellos. Pero una vez que lo lograron quedó la gran incógnita: ¿qué iba a seguir?

Y el resultado es este, The King Is Dead, un disco simple, mucho más libre, pero también considerablemente más breve, y no me refiero a la longitud, sino a las ideas que se plasman en él. Hay que empezar por decir que es un disco correcto. Consistente, sin fallas, muy limpio. The Decemberists es una banda que siempre ha demostrado ser talentosa, es difícil que se les escape lo que mejor saben hacer. Pero al mismo tiempo, esa pasión que hacía brillar sus discos anteriores se esfuma, como si no pudieran desligarla de las historias grandes y ambiciosas.

El disco arranca con dos canciones que parecen más emparentadas al pop que al folk, y que ciertamente me sacaron un poco de cuadro. Ambas muy pegajosas, ambas muy libres y divertidas -y muy REM por momentos-, pero también terriblemente descontextualizadas en una banda folk cuyo último disco hablaba de seres que metamorfoseaban en el bosque para tener sexo. Eso sí, una vez que las escuchas un par de veces no puedes evitar pegarte un poco a las melodías. Luego, con "Rox in the Box" empieza el Decemberists que todos conocemos y amamos. Personalmente, "January Hymn" es mi favorita del disco. Una canción simplísima, dulce y emocionalmente impecable, sobre el invierno, el frío, lo perdido y todo aquello que no dijimos cuando debíamos.

Me gusta mucho la idea de volver a los inicios. A un punto de partida para algo completamente nuevo. Eso es lo que ocurre con los héroes una vez que termina la gran aventura, y eso es lo que The Decemberists tiene que hacer a partir de aquí: reinventarse. Y lo saben bien y han empezado con buen pie. Solo que su manía por controlar todo perfectamente los lleva también a un lugar donde no parecen sentirse cómodos, como si no pudieran ser del todo ellos sin esa urgencia conceptual pisándoles los talones, como si se hubieran olvidado de cómo ser simples sin ser maniáticos del control. Sin embargo, el resultado no es un paso atrás, solo uno al costado, que parece llevar a una nueva senda en la cual nada está dicho. Algo así como una nueva aventura en la que el héroe, ya con la historia anterior bien cerrada, se anima a explorar más aspectos de un mundo que, a través de sus ojos, puede resultar absolutamente fascinante.