miércoles, 20 de octubre de 2010

Pale Saints - The Comforts of Madness (1990)

Si el único consuelo que nos dejara la locura fuera este disco, no sería poco. Por fortuna, no lo es. Los Pale Saints vieron su apogeo con el ascenso del shoegaze al inicio de los 90, y casi como todos los demás grupos del género, desaparecieron con el surgimiento del Grunge a mediados de la década. Y sin embargo, estamos ante uno de los pilares del Shoegaze-Dream Pop, una banda que fue capaz no solo de edificar un mundo onírico en cada una de sus entregas, sino de iniciar verdaderas revoluciones dentro de él.

The Comforts of Madness es la locura en el descenso del mundo del sueño. Donde todo oscila y permanece ajeno a lo concreto, lo táctil, donde lo etéreo se fusiona con la voz y lo intangible con el sonido. Pero allí donde creemos que se podría acunar una paz reflexiva, ocurre todo lo contrario: el verdadero descenso en la locura comienza por la revolución del cuerpo, como si este se negara a habitar un espacio para el que no ha sido diseñado.

Y es que, ¿qué más puede hacer un ser humano en su propio imaginario? ¿Quién puede darse el lujo de vivir en un sueño? Al menos sabemos que Pale Saints habla de un lujo mucho más ambicioso: el de acomodarse en las garras de la locura. Allí es donde aparece verdaderamente el arte de un grupo que destacó no solo por su extraordinaria capacidad melódica de transformar el entorno en bruma, sino de reintegrarlo al ser humano que se pierde en ella.

Pocas veces el delirio consiste en encontrarse a sí mismo. Para esta banda, es así. Y el resultado es una aventura musical de dimensiones terroríficas: no podemos mirarnos en nuestros lados más retorcidos sin sentir algo parecido al miedo. Pero irónicamente, tampoco podemos salir de ellos sin aceptarlo como aliado.

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