jueves, 30 de septiembre de 2010

The Besnard Lakes - The Besnard Lakes Are The Roaring Night (2010)


Efectivamente, este disco es como una noche crepitante. Como echarle fuego a todo y pararse por más de 40 minutos a disfrutar del espectáculo. Empieza con las primeras llamas elevándose y esparciéndose de un objeto a otro. Termina apoteósico, con las llamas devorándolo todo, incluso la noche misma.

Bien por Canadá. Este año ya hemos tenido buenas muestras de lo que ese país nos está dejando en materia indie (discos de Broken Social Scene, Arcade Fire, por nombrar algunos). Pero creo que hay un lugar especial para esta banda que, sin duda alguna, incorpora algo de esa grandilocuencia nacional y la incorpora a un shoegaze que, por otro lado, no suena a nada reutilizado.

Algo que me llama particularmente la atención es esa doble conexión que suelen hacer respecto a sus canciones, sus discos, sus títulos. Como si quisieran ser parte de la música y no solo los que la ejecutan. En ese sentido, es un disco infalible. La fusión que existe entre los intérpretes y la música, las melodías y las personalidades, la fuerza de lo dicho y lo no dicho, la vastedad del mundo y la capacidad de condensarlo todo en unas cuantas canciones, todo ello, es la perfecta metáfora del incendio que lo convierte todo en ceniza, de la cual no puedes diferenciar más los límites que dividían a los objetos originales en piezas que ocupaban un mismo espacio. En la ceniza esas piezas son la otra, pero también son el espacio.

Maravilloso poder entonces, por qué demonios no, sentirse también uno parte de esa música, de esa cosmología, de ese crepitar perenne de las llamas que devoran todo con la fugacidad del tiempo y en ese acto, en esa acción sencilla de metamorfosis, hacerlo inmortal. Sin duda alguna, hay noches en que necesitamos eso, ser inmortales. Aunque solo sea por un rato. Y aunque la vida siga. Porque la verdadera inmortalidad ocurre así, como el fuego, que tarde o temprano se apaga. Pero para quienes pueden ver un poco más allá, el fuego es lo de menos. Lo que verdaderamente importa es la ceniza, que tarde o temprano se dispersa, pero permanece.

1 comentario:

Rose dijo...

"Just a steel town girl on a Saturday night
looking for the fight of her life (...)
She has danced into the danger zone
when the dancer becomes the dance."